sábado, 4 de marzo de 2017

¡Bendito olor!


Justamente el miércoles de Ceniza mientras más se iba llenando la iglesia de gente, también se hacía más intenso un olor muy feo y nauseabundo. 
Ya casi cuando estaba a punto de empezar la Misa, llegó una abuela con su hija y su pequeño nieto y se sentaron a mi lado. Allí comenzó la función, porque la abuela le levantó los pies al niño y luego a la hija y se olía todo a ver si eran ellos los que traían pegado el olor, se tapaba la nariz y abanicaba con las manos con grandes aspavientos preguntándose: ¿de dónde vendrá el olor? La mayoría no tenía la respuesta, pero la doña de atrás sí lo sabía, entonces le explicó que era una cochinada que había hecho un gato y estaba al fondo debajo de uno de los bancos.
De repente sin decir ni media palabra se levantó la joven mamá del muchachito y salió a velocidad de la iglesia. Pensé que la chica no había aguantado porque yo tampoco resistía más, pero me dispuse a ofrecer el olor como penitencia, imaginando el sufrimiento de Cristo que asumió el asqueroso pecado del mundo y lo cargó sobre Él para redimirnos.
La cola del confesionario comenzó a crecer y yo a pensar que al confesarnos arrepentidos volvemos por la gracia de Dios a ¡OLER EL BUEN OLOR DE CRISTO! Empezó la Misa y también un fuerte aroma a desinfectante floral… pues sí, simultáneamente, porque la joven que se había salido antes, había ido a buscar lo necesario para quitar la cochinada, limpió y volvió a su puesto con la mayor sencillez, a participar de la Misa con una devoción que correspondía al testimonio tan grande que nos había dado a todos.
Muchas veces vemos el pecado y no actuamos como cristianos. Muchas veces se condena al pecador y no al pecado. Convivimos en una sociedad que hace que parezca normal lo que es malo y una supuesta “prudencia” o miedo nos paraliza con la excusa que repite tanta gente “yo no puedo hacer nada”.
Siempre hay algo que podemos hacer aun cuando parezca que nuestra acción es poco menos que una gota de agua del océano. La Cuaresma es tiempo de conversión, tiempo de limpiar el alma de todo lo que nos ensucia y nos impide ser agradable olor para Dios y los hermanos.
ina

El gran milagro en Miércoles de Ceniza de 1218


El Miércoles de Ceniza es uno de los días festivos católicos más populares de todo el año litúrgico. Todos los fieles hacen cola para recibir las cenizas además de planificar lo que ofrecerán a Dios durante la Cuaresma.

Pero hace 8 siglos, le ocurrió un milagro extraordinario a uno de los santos más grandes de la Iglesia.

Durante el Miércoles de Ceniza en 1218, Santo Domingo discutía con algunos cardenales sobre algunas cuestiones administrativas. De repente, un hombre golpeó la puerta. De acuerdo con Vidas de los Santos de Butler, que registra esta historia, aquel hombre “se rasgaba las vestiduras mientras lloraba y gritaba.” Esto era porque traía una mala noticia: el sobrino de uno de los cardenales presentes fue arrojado de su caballo y asesinado.

Al principio, todo el mundo se quedó en silencio y el cardenal cayó en un profundo dolor. Santo Domingo trató de ofrecer algunas palabras de consuelo, pero no tuvo el efecto esperado.

Después de pensarlo, Santo Domingo se hizo cargo de la situación: ordenó que se trajera el cuerpo del hombre muerto y que se preparara una Misa en una iglesia cercana.

Durante la Misa, Santo domingo “derramó un mar de lágrimas”. Entonces, durante la Consagración, sucedió algo increíble (¡además la Transubstanciación, por supuesto!): Mientras Santo Domingo elevaba el Cuerpo y la Sangre de Cristo, cayó en éxtasis y comenzó a levitar. Todos los presentes vieron el milagro.

Una vez terminada la Misa, Santo Domingo llevó a todos delante del cadáver. Se arrodilló y oró en silencio durante algún tiempo; luego se puso de pie mientras hacía la señal de la cruz. Entonces, de nuevo, empezó a levitar y proclamó en voz alta: “¡te digo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, levántate!”.

Por la gracia de Dios, y delante de todos los presentes, el muerto volvió a la vida y se levantó completamente ileso.

La noticia del milagro se extendió rápidamente. La ciudad, la iglesia local, e incluso el propio Pontífice, todos celebraron la noticia y alabaron a Dios.

jueves, 2 de marzo de 2017

Polvo enamorado

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;
Mas no de esotra parte en la ribera
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.
Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,
Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.
Poema Francisco de Quevedo Amor eterno

Cuaresma es tiempo de esperanza


jueves, 23 de febrero de 2017

24 de febrero -Beato Constancio de Fabriano -Presbítero

Nace a principios del s. XV en Fabriano (Italia) de la familia Sérvoli de modesta condición. Se distinguió por la austeridad de su vida y por su interés en promover la paz (1481). 
Fue de oración asidua, vida austera y gran trabajador por la paz. Cooperó decididamente en la reforma promovida entonces por san Antonino de Florencia, siendo prior de los conventos de Fabriano, Perusa y Ascoli Piceno.
La bondad y piedad de Constancio era conocida y admirada ya desde su niñez. En cierta ocasión en que los médicos habían desahuciado a su hermanita, Constancio Bernocchi rogó a sus padres que se arrodillaran con él junto al lecho de la enferma para orar por su curación. Sus padres lo hicieron así y la niña quedó instantáneamente curada. Al crecer, Constancio entró en la Orden de Santo Domingo, en el convento de Santa Lucía, a los quince años de edad. Según parece, recibió el hábito de manos del beato Lorenzo Ripafratta, quien era entonces prior de ese convento de estricta observancia.
Constancio fue uno de los que trataron de reformar el convento de San Marcos de Florencia y durante su profesorado en esa ciudad, dio por primera vez muestras de poseer el don de profecía. Por ejemplo, presenció en espíritu la muerte de san Antonino, como lo menciona la bula de Clemente VII sobre la canonización de dicho santo. Se cuenta también que Constancio había recibido del cielo el poder de obrar milagros. Además de su propio oficio, desempeñó también el de pacificador en los tumultos populares.
Constancio no tenía el espíritu alegre de otros muchos santos de su orden. Generalmente estaba triste. Como alguien le preguntase por qué reía tan raras veces, Constancio respondió : «Porque no sé si mis acciones agradan a Dios». Rezaba todos los días el oficio de los muertos; también rezaba con frecuencia el salterio entero, que conocía de memoria. Recomendaba a otros la misma devoción y decía que, cuando quería obtener una gracia, rezaba el salterio por esa intención y la obtenía infaliblemente.
Con la ayuda del concejo municipal, reconstruyó el convento de Ascoli, donde vivió y murió, a pesar de que el pueblo de Fabriano le rogó repetidas veces que fuese a pasar los últimos años en su tierra natal. Su fama de santidad era tan grande, que las gentes consideraban como un privilegio el hablarle o tocar su hábito.
Murió el 24 de febrero de 1481 y su cuerpo reposa en la hermosa iglesia de Santo Domingo y su cabeza se venera en la catedral de Fabriano. El senado y el concejo de la ciudad declararon que su muerte era «una calamidad pública» y pagaron los gastos de un pomposo funeral.

Su culto fue confirmado por el Papa Pío VII el 22 de septiembre de 1821.

lunes, 20 de febrero de 2017

20 de febrero - Beato Cristóbal de Milán

Cristóbal nació en Milán (Italia) alrededor de 1410. Dedicado el estudio y al culto divino, fue maestro de novicios y predicador itinerante, siendo muy amado de todos por la santidad de su vida y el fruto de su predicación. Murió en el convento de Taggia (Liguria) el miércoles de ceniza, después del 3 de marzo, de 1484 y su cuerpo se venera en su iglesia de Santa María Madre de las Misericordias. Su culto fue confirmado en 1875 por el Papa Pio IX.

Se llama al beato Cristóbal «el apóstol de Liguria», por el éxito con que evangelizó esa región de Italia. Cristóbal tomó el hábito de Santo Domingo a principios del siglo XV. Después de su ordenación, su fama de predicador se propagó rápidamente. Sus biógrafos hacen notar que los sermones del beato, que obraban grandes conversiones y mejoraban las costumbres del pueblo, se basaban siempre en la Biblia, los escritos de los Padres y la teología de Santo Tomás. Por su parte, el beato Cristóbal clamaba contra los predicadores que lanzaban ideas nuevas con el objeto de ganar popularidad y estar a la moda, en vez de comentar el Evangelio. Con verdadero espíritu misionero, Cristóbal recorría incansablemente los sitios más peligrosos y difíciles de la región para salvar almas. Los habitantes de Taggia, donde su predicción había tenido particular éxito, construyeron en su honor una iglesia y un monasterio, del que el beato fue nombrado prior.

Dios le había concedido el don de profecía. Cierta vez, al ver bailar en la plaza a los habitantes de Castellano, exclamó el beato: «Vosotros no pensáis ahora más que en bailar, pero el día de la ruina está muy cerca y vuestra alegría se tornará en dolor». La profecía se cumplió pocos años más tarde, pues la peste mató a casi todos los habitantes de la población. El beato predijo también la destrucción de Trioria por los ejércitos franceses y anunció a los habitantes de Taggia que deberían huir sin ser perseguidos y que el río se desbordaría y acabaría con los huertos. Dichas profecías se cumplieron hasta en sus menores detalles. El beato se hallaba predicando la cuaresma en Pigna, cuando le sorprendió su última enfermedad. Pidió que le transportasen a Taggia y expiró en su amada ciudad (1484).

“Fue un verdadero Cristóforo – portador de Cristo - porque llevó a Cristo no sólo en el nombre sino también en el corazón y los labios”

domingo, 19 de febrero de 2017

19 de febrero - Beato Álvaro de Córdoba

El tiempo que le toco vivir a Álvaro, no fue fácil. El siglo XIV -Álvaro nació alrededor de 1360- en la Orden fue un tiempo de profunda crisis. La vida de los frailes no era todo lo regular y religiosa que debería ser -así dicen los historiadores-, pero a la vez que vidas poco religiosas, aparecieron figuras que trataron de ser fieles al primitivo carisma regular de Santo Domingo de Guzmán. Santa Catalina de Siena y el Beato Raimundo de Capua en Italia comenzaron una reforma dentro de la Orden que poco a poco fue extendiéndose por toda Europa y dando sus frutos durante todo el siglo XV y XVI con grandes figuras para la Iglesia.
Muy significativo para toda la identidad dominicana es que la reforma no supuso, como en otras familias religiosas, la ruptura en distintas órdenes. Siempre se salvaguardó la unidad, y la reforma no se hizo ni con imposiciones ni con dramáticos enfrentamientos, sino que fue poco a poco ganando, desde sus propios valores comunitarios y democráticos, la vida de los frailes predicadores para una mayor tensión y responsabilidad religiosa para la misión de la predicación.
Pues bien. En España fue con este nuestro santo de hoy, el Beato Álvaro de Córdoba, y con su fundación del convento de Scala Coeli en la sierra cordobesa, desde donde fueron implantándose los modos reformados en los Reinos de la Península Ibérica.
La vida de Álvaro cambió con un viaje. Un viaje a Tierra Santa que le hizo pasar por los conventos reformados de Italia. El que había sido profesor de teología y confesor de reyes, a su vuelta a España y al encontrar un lugar en la sierra cordobesa que le recordó los alrededores de Jerusalén, decidió fundar un convento solitario y retirado para vivir como había conocido en Italia. Ese fue Scala Coeli, la escalera hacia el cielo en latín, un lugar donde vivir en comunidad, en oración y predicación, en autenticidad.
Dos hitos nos trae la figura de Álvaro de Córdoba. Una la del Via Crucis. Y es que esta oración en que recordamos en catorce momentos -estaciones- la Pasión de Jesucristo, el camino desde su prendimiento en el Monte de los Olivos, hasta su entierro en el Sepulcro, llegó a España en forma embrionaria de su mano, al establecer en los alrededores del convento un primer modelo de Via Crucis que aun no tenía las catorce estaciones, una especial manera de reflexión sobre la Pasión, una forma de contemplación en distintos lugares, un Via Crucis “en proyecto” que después se fue desarrollando por toda nuestra geografía.
Y junto a eso, una de las anécdotas de su vida, la del Cristo de san Álvaro, que nos habla de mucho más. Regresando de predicar de la ciudad de Córdoba al convento de Scala Coeli, que está a unos diez kilómetros, en una cuneta del camino se encontró un mendigo desmayado que ni hablar podía. Lo recogió envolviéndolo en su capa, para subirlo al convento y cuidarle allí. Al llegar y abrir el manto, en vez del mendigo, llevaba en sus brazos la figura de un Cristo, que aún se conserva y venera en el convento de Scala Coeli. Es clara la idea y la imagen: en los últimos, los pobres y desvalidos, es donde encontramos a Cristo.
En esas dos claves vemos mucho de lo que Álvaro quiso vivir en la sierra de Córdoba: la oración y la predicación, dos de las claves fundamentales de la vida de todos los dominicos, de lo que fue la reforma de la Orden, y de lo que estamos llamados todos los dominicos a ir cada día viviendo más en verdad.

viernes, 17 de febrero de 2017

18 de Febrero - Beato Fray Angélico

Presbítero y Artista Plástico.
Patrono Universal de los Artistas.
"El que quiera pintar a Cristo en esta tierra
debe estar muy cerca de Cristo".
El 18 de Febrero de 1984 el Beato Angélico es declarado por Juan Pablo II: Patrono Universal de los Artistas. Era un Predicador y un Teólogo en la Iglesia, no solo desde el púlpito sino desde las imágenes plásticas. Con gran fidelidad a la misión religiosa de su vida, proponía con su arte celestial los divinos misterios que contemplaba en la oración y en el estudio de la Sagrada Verdad.
En la beatificación de fray Angélico, el papa Juan Pablo II citó de una antigua biografía: "Su pintura fue el fruto de la gran armonía entre una vida santa y el poder creativo con que había sido dotado."

jueves, 16 de febrero de 2017

16 de Febrero - B. Nicolás Paglia

Presbítero de la Orden de Predicadores, que recibió de santo Domingo el hábito y la misión de predicar (1256). Su culto fue confirmado por León XII el 26 de marzo de 1828. Nació a finales del siglo XII en Giovinazzo, cerca de Bari (Italia).
Cuando estudiaba en Bolonia fue conquistado por la palabra vibrante de santo Domingo, al que pidió ingresar en su Orden, siendo inmediatamente compañero de su predicación. La limpieza de alma que irradiaba su rostro era un atractivo irresistible para tantos jóvenes a los que atrajo a la vida dominicana. Su palabra era agradabilísima, «gratiosissimus praedicator» según sus contemporáneos, y fue confirmada por numerosos milagros. Fue dos veces prior provincial de la provincia Romana de la Orden, que entonces comprendía desde Roma hacia el Sur de Italia y contribuyó a la fundación de numerosos conventos.
Promovió especialmente el estudio de la Sagrada Escritura y de modo especial contribuyó a la compilación de las concordancias bíblicas.Gregorio IX le encargó la visita de algunos monasterios y la predicación de la cruzada contra los sarracenos. Murió en el convento de Perusa, fundado por él, y allí fue sepultado en el año 1256.

domingo, 12 de febrero de 2017

6º Domingo Ordinario - A

Mateo (5,17-37):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas:
no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.
Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio.
Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehenna” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo.
Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio”.
Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”.
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.
Se dijo: “El que repudie a su mujer, que le dé acta de repudio”. Pero yo os digo que si uno repudia a su mujer —no hablo de unión ilegítima— la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio.
También habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cumplirás tus juramentos al Señor”.
Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno».

viernes, 10 de febrero de 2017

11 de febrero Nuestra Señora de Lourdes


La Historia - Lourdes, Francia
El 11 de febrero de 1858, Bernadette, una niña de catorce años, recogía leña en Massbielle, en las afueras de Lourdes, cuando acercándose a una gruta, una de viento la sorprendió y vio una nube dorada y a una Señora vestida de blanco, con sus pies descalzos cubiertos por dos rosas doradas, que parecían apoyarse sobre las ramas de un rosal, en su cintura tenia una ancha cinta azul, sus manos juntas estaban en posición de oración y llevaba un rosario.
Bernadette al principio se asusto, pero luego comenzó a rezar el rosario que siempre llevaba consigo, al mismo tiempo que la niña, la Señora pasaba las cuentas del suyo entre sus dedos, al finalizar, la Virgen María retrocedió hacia la Gruta y desapareció. Estas apariciones se repitieron 18 veces, hasta el día 16 de julio.
El 18 de febrero en la tercera aparición la Virgen le dijo a Bernadette: "Ven aquí durante quince días seguidos". La niña le prometió hacerlo y la Señora le expresó "Yo te prometo que serás muy feliz, no en este mundo, sino en el otro".
La noticia de las apariciones se corrió por toda la comarca, y muchos acudían a la gruta creyendo en el suceso, otros se burlaban.
Santa BernardetEn la novena aparición, el 25 de febrero, la Señora mando a Santa Bernadette a beber y lavarse los pies en el agua de una fuente, señalándole el fondo de la gruta. La niña no la encontró, pero obedeció la solicitud de la Virgen, y escarbó en el suelo, produciéndose el primer brote del milagroso manantial de Lourdes.
En las apariciones, la Señora exhortó a la niña a rogar por los pecadores, manifestó el deseo de que en el lugar sea erigida una capilla y mando a Bernadette a besar la tierra, como acto de penitencia para ella y para otros, el pueblo presente en el lugar también la imito y hasta el día de hoy, esta práctica continúa.
El 25 de marzo, a pedido del párroco del lugar, la niña pregunta a la Señora ¿Quien eres?, y ella le responde: "Yo soy la Inmaculada Concepción".
Luego Bernadette fue a contarle al sacerdote, y él quedo asombrado, pues era casi imposible que una jovencita analfabeta pudiese saber sobre el dogma de la Inmaculada Concepción, declarado por el Papa Pío IX en 1854.
En la aparición del día 5 de abril, la niña permanece en éxtasis, sin quemarse por la vela que se consume entre sus manos.
El 16 de julio de 1858, la Virgen María aparece por última vez y se despide de Bernadette.
En el lugar se comenzó a construirse un Santuario, el Papa Pío IX le dio el titulo de Basílica en 1874. Las apariciones fueron declaradas auténticas el 18 de Enero 1862.
Lourdes es uno de los lugares de mayor peregrinaje en el mundo, millones de personas acuden cada año y muchísimos enfermos han sido sanados en sus aguas milagrosas. La fiesta de Nuestra Señora de Lourdes se celebra el día de su primera aparición, el 11 de febrero.
El mensaje de la Virgen
El Mensaje que la Santísima Virgen dio en Lourdes, Francia, en 1858, puede resumirse en los siguientes puntos:
1-Es un agradecimiento del cielo por la definición del dogma de la Inmaculada Concepción, que se había declarado cuatro años antes (1854), al mismo tiempo que así se presenta Ella misma como Madre y modelo de pureza para el mundo que está necesitado de esta virtud.
2-Es una exaltación a la virtudes de la pobreza y humildad aceptadas cristianamente, al escoger a Bernardita como instrumento de su mensaje.
3-Un mensaje importantísimo en Lourdes es el de la Cruz. La Santísima Virgen le repite que lo importante es ser feliz en la otra vida, aunque para ello sea preciso aceptar la cruz.
4-Importancia de la oración, del rosario, de la penitencia y humildad (besando el suelo como señal de ello); también, un mensaje de misericordia infinita para los pecadores y del cuidado de los enfermos

miércoles, 1 de febrero de 2017

2 de febrero- La Presentación del Niño en el Templo

Lucas 2: 22 - 40

22 Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor,
23 como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor
24 y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones , conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.
25 Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo.
26 Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor.
27 Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él,
28 le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
29 «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz;
30 porque han visto mis ojos tu salvación,
31 la que has preparado a la vista de todos los pueblos,
32 luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.»
33 Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él.
34 Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -
35 ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»
36 Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido,
37 y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones.
38 Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
39 Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
40 El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él.

martes, 31 de enero de 2017

DOMINI CANIS

¿Qué relación puede haber entre los animales y la Adoración a la Eucaristía?
El obispo Fulton Sheen encontró una bella relación entre ellos un día en que se sentía desanimado y le costaba rezar.
Llevaba una temporada de sequía espiritual. Le parecía que sus tiempos dedicados a la oración no eran agradables a Dios.
Como otros días, el arzobispo estadounidense, actualmente en proceso de beatificación, fue a la capilla y se sentó. Pero no lograba decirle una sola palabra a Jesús.
Entonces se acordó de algo: su perro tampoco podía hablar, pero cuando él se sentaba en su sillón para leer el periódico, el animal se sentaba en el suelo junto a él. Y él se sentía acompañado.
Lo explica monseñor Josefino Ramírez en una de sus reeditadas Cartas a un hermano sacerdote, que recogen anécdotas y acontecimientos en torno a la Eucaristía como el de la niña china que murió por reparar una ofensa a la Eucaristía.
“Solo estando ahí, a su lado, el perro era para el obispo un gran consuelo y lo hacía muy feliz”, escribe monseñor Pepe, director espiritual del Apostolado Mundial de Fátima en la región de Manila y coordinador del Congreso Mundial de la Divina Misericordia en Asia.
“Mientras que el obispo pensaba en esto, recibió una inspiración de Dios –continúa-: el obispo Sheen era un gran consuelo y muy agradable al Señor por tan sólo estar ahí con Él en el Santísimo Sacramento, aunque como su perrito, no le decía nada a Jesús mientras permanecía junto a Él”.
Al recordarlo, el autor de la carta confiesa: “Yo también tengo un perrito. Y como es para mí un gran consuelo lo llamo amigo”.
Y explica que algo parecido le ocurrió a un sacerdote amigo suyo: “Estaba haciendo su hora santa en nuestra capilla de adoración perpetua. Era un día terriblemente caluroso y se sentía tan cansado y agobiado por el calor que no podía rezar”.
“Sólo permanecer en la capilla en su hora representaba un gran esfuerzo –relata-. Se preguntaba si esa hora tendría algún valor, cuando en ese momento entró un gatito blanco”. Aquel día, hacía tanto calor que alguien había dejado la puerta abierta.
“Al principio mi amigo pensó cuánto odiaba a los gatos –prosigue-. Luego observó cómo el gatito pasaba por cada uno de los bancos hasta llegar a la parte de atrás donde mi amigo estaba sentado. El gatito se paró, miró a mi amigo, puso su cabeza sobre su zapato como si fuera su almohada y se acostó a dormir”.
Puede parecer una tontería, pero él se emocionó porque el gatito había elegido descansar su cabeza sobre su zapato.
“Más tarde mi amigo oyó la siguiente inspiración tan fuerte como las campanas de la iglesia en domingo: si él que odia a los gatos estaba tan contento con uno que eligió estar con él, cuánto más encantado estará Jesús con nosotros, a los que ama infinitamente, cuando elegimos estar con Él”.
Y añade, para concluir su carta: “Mi amigo, al igual que el obispo Sheen, nunca más, se desanimó al sentir que no podía rezar. El solo hecho de estar allí, es una oración de fe, es creer realmente que Jesús está ahí. Es una oración de amor porque uno elige estar con aquellos a los que uno quiere, con los que uno verdaderamente ama”.

31 de enero - San Juan Bosco

De las cartas de San Juan Bosco, presbítero (Epistolario, Turín 1959, 4, 201-203)
Si de verdad buscamos la auténtica felicidad de nuestros alumnos y queremos inducirlos al cumplimiento de sus obligaciones, conviene, ante todo, que nunca olvidéis que hacéis las veces de padres de nuestros amados jóvenes, por quienes trabajé siempre con amor, por quienes estudié y ejercí el ministerio sacerdotal, y no sólo yo, sino toda la Congregación salesiana.
¡Cuántas veces, hijos míos, durante mi vida, ya bastante prolongada, he tenido ocasión de convencerme de esta gran verdad! Es más fácil enojarse que aguantar; amenazar al niño que persuadirlo; añadiré incluso que, para nuestra impaciencia y soberbia, resulta más cómodo castigar a los rebeldes que corregirlos, soportándolos con firmeza y suavidad a la vez.
Os recomiendo que imitéis la caridad que usaba Pablo con los neófitos, caridad que con frecuencia lo llevaba a derramar lágrimas y a suplicar, cuando los encontraba poco dóciles y rebeldes a su amor.
Guardaos de que nadie pueda pensar que os dejáis llevar por los arranques de vuestro espíritu. Es difícil, al castigar, conservar la debida moderación, la cual es necesaria para que en nadie pueda surgir la duda de que obramos sólo para hacer prevalecer nuestra autoridad o para desahogar nuestro mal humor.
Miremos como a hijos a aquellos sobre los cuales debemos ejercer alguna autoridad. Pongámonos a su servicio, a imitación de Jesús, el cual vino para obedecer y no para mandar, y avergoncémonos de todo lo que pueda tener incluso apariencia de dominio; si algún dominio ejercemos sobre ellos, ha de ser para servirlos mejor.
Éste era el modo de obrar de Jesús con los apóstoles, ya que era paciente con ellos, a pesar de que eran ignorantes y rudos, e incluso poco fieles; también con los pecadores se comportaba con benignidad y con una amigable familiaridad, de tal modo que era motivo de admiración para unos, de escándalo para otros, pero también ocasión de que muchos concibieran la esperanza de alcanzar el perdón de Dios. Por esto, nos mandó que fuésemos mansos y humildes de corazón.
Son hijos nuestros, y, por esto, cuando corrijamos sus errores, hemos de deponer toda ira o, por lo menos, dominarla de tal manera como si la hubiéramos extinguido totalmente.
Mantengamos sereno nuestro espíritu, evitemos el desprecio en la mirada, las palabras hirientes; tengamos comprensión en el presente y esperanza en el futuro, como nos conviene a unos padres de verdad, que se preocupan sinceramente de la corrección y enmienda de sus hijos.
En los casos más graves, es mejor rogar a Dios con humildad que arrojar un torrente de palabras, ya que éstas ofenden a los que las escuchan, sin que sirvan de provecho alguno a los culpables.
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Jesús: "El que acoge un niño en mi nombre me acoge a mi" -Mt 18,5
Oración
Señor, tú que has suscitado en san Juan Bosco un padre y un maestro para la juventud, danos también a nosotros un celo infatigable y un amor ardiente, que nos impulse a entregarnos al bien de los hermanos y a servirte a ti en ellos con fidelidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

28 de enero - Santo Tomás de Aquino

Santo Tomás de Aquino nace en el castillo de Roccaseca (Italia) el año 1225. Hijo de los condes de Aquino recibe la primera educación religiosa y científica en la abadía de Montecasino, para pasar después a la universidad de Nápoles. Allí el contacto con fray Juan de San Juliano fue causa de que, a sus dieciséis años, frecuentase la comunidad de los hermanos predicadores, siendo el principio de su vocación a la vida apostólica. A los diecinueve años ingresa en la Orden de Predicadores. Esta opción juvenil de Sto. Tomás deberá ratificarla más de una vez; primero, frente a su aristocrática familia que, de novicio, le secuestra y le pone en calabozo durante seis meses en el castillo de Roccaseca; y, posteriormente, frente a los maestros de París, que no le permiten la docencia en la universidad por su condición de fraile mendicante.
Por indicación de Fray Juan Teutónico, Maestro de la Orden, termina sus estudios en París y Colonia, bajo la guía de Fray Alberto Magno, quien le convence de la necesidad de profundizar en Aristóteles, el filósofo de la razón, la razón es don de Dios y a él debe ordenarse.
A los treinta y dos años Tomás de Aquino es maestro de la cátedra de teología de París. En Tomás, la Palabra de Dios en la Escritura tiene la primacía sobre las otras ciencias, y hace de la oración la fuente más fecunda de sus investigaciones. Mientras permanece en París, Tomás y los hermanos Predicadores elaboran en comunidad filosofía y teología, para después hacerla presente en la universidad. Escribe muchas obras que destacan por su profundidad, admirando a maestros y estudiantes por la claridad, la distinción, la sutileza y la verdad con que procedía en la explicación de tantas y tan distintas materias, como son de ver en los cuatro grandes libros que escribió sobre el Maestro de las Sentencias. En estos años dio de sí tales muestras arguyendo, discutiendo y respondiendo que, según el sentir de la universidad, sólo Dios podía dar tanto ingenio, y así era en verdad. Por toda Europa volaba su fama, llevada por los que de todas partes iban a estudiar a la Sorbona y luego regresaban a sus tierras cantando la sabiduría del maestro.
Después de París, impartiría docencia en Roma y en Nápoles, dejando entre otras muchas obras la Suma Teológica.
Santo Tomás de Aquino murió en la abadía de Fossanova el día siete de marzo de 1274 cuando iba de camino al concilio de Lyon. Fue canonizado el dieciocho de julio de 1323 por Juan XXII. San Pío V, el once de abril de 1567, lo declaró Doctor de la Iglesia. León XIII, el cuatro de agosto de 1880, lo proclamó patrón de todas las universidades y escuelas católicas.
Semblanza Espiritual
Alternó la enseñanza con la predicación. Actuó con eficaces intervenciones ante la curia pontificia ea favor de los mendicantes. Destacó por su gran candor de vida y una fiel observancia de la vida conventual. La misión de la Orden, es decir, el ministerio multiforme de la Palabra de Dios en la pobreza voluntaria, en él se centró en una continua dedicación al trabajo teológico; investigar incansablemente la verdad, contemplarla con amor y entregarla a los demás en escritos y en la predicación directa. Empleó su capacidad totalmente al servicio de la verdad, ansioso de encontrarla, recibiéndola de donde quiera que viniese y participarla a los demás.
Tuvo siempre un comportamiento humilde y cordial. Su obra demuestra la estrecha coherencia entre la razón humana y la divina revelación.
Santo Tomás de Aquino fue devotísimo de Cristo Salvador, especialmente de la cruz y de la eucaristía, que exaltó en sus composiciones litúrgicas para la fiesta del Corpus Christi. Tuvo una ferviente devoción filial a la Madre de Dios, la Virgen María.