lunes, 17 de octubre de 2016

HERENCIA SIN RECLAMAR

¡¡¡Ay su padre debe estar revolviéndose en la tumba!!!!  Dicen rasgándose las vestiduras los vecinos escandalizados…
Y es que en  líos  de herencia se produce  material en abundancia para una novela de terror llena de   personajes cargados de vergonzosos  sentimientos y  resentimientos. En esta pelea a muerte  el  punto crítico de la acción estalla cuando  aparecen como por arte de magia unos supuestos parientes lejanísimos que nunca nadie había  oído nombrar. Y no faltan los intrigantes de oficio  que aprovechan para pescar en río revuelto y los que “asesoran” y ganan  más en la medida en que peor se pone el pleito.

Generalmente cuando recibes una herencia  te cae sin haber trabajado por ella, porque hasta la herencia genética viene  sin tu participación;  a diferencia de cuando ganas la lotería porque por lo menos has comprado el boleto.

El caso insólito  es que las más grandes herencias,  las realmente importantes, quedan muchas veces sin reclamar y se pierden tristemente en las siguientes generaciones. Esa herencia  de abuelos y padres llenos de grandes valores, honestos, trabajadores que construyeron su  familia con grandes sacrificios y montones de alegrías.  Al  paso del tiempo,  lamentablemente los herederos no valoraron ese tesoro que hoy  se  pierde en  hijos que no defienden  la vida, corruptos sin el menor gusto por el esfuerzo ni la cultura,  atrapados por ideologías y antivalores que disfrazados de bien les han envenenado.
Más dramática  es la ignorancia  culpable o el desprecio a  la herencia de la fe, la de tu familia, esa de los grandes misioneros que salieron a compartir la fe por todo el mundo, los santos y valientes mártires  que dieron la vida por Cristo… Ahora los herederos quieren  borrar la historia y sustituir la Verdad por religiosidad a la carta, vacía de Dios.  
El detalle es que cuando sacas a Dios de tu vida… ese espacio lo ocupa otro. Si sacas el Bien, entra fácilmente el mal,  se apodera de todo y lo  destruye todo.
Cuida tu herencia, defiende tu fe,  no dejes que nada ni nadie te manipule ni  te arrebate los auténticos valores.  ¡Es tiempo de disfrutar y compartir la verdadera herencia como HIJO DE DIOS!
INA

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